Dicen que la mas conocida espía y estratega que pasó por Oriente Medio fue la gran viajera victoriana Gertrude Bell. Cuando ella visitó esa parte del mundo la tierra de El Libano estaba incorporada a la Gran Siria, ese país que desafortunadamente se ha ido destruyendo en estos últimos 9 años.

Gertrude no solo cruzó desiertos peligrosísimos a lomos de su camello sino que se movía como pez en el agua entre las tribus que habitaban  todos los estados de la zona que se crearían a raza de la primera guerra mundial. Ella hizo los mapas de Irak, Jordania y otros países de la zona.

Como era también arqueóloga pasó por las magníficas ruinas de El Libano, un país fascinante y muy cercano a España históricamente ya que era la tierra de los Fenicios. Ellos llegaron a España en sus maravillosos barcos y nos inculcaron esa cultura mediterránea del comercio tan presente en la costa española. El Libano era llamado el país de los cedros ya que esa madera era la mas cara del mundo y significaba eternidad. De hecho los asirios, los babilónicos y los persas la usaron para
distintas funciones y los egipcios construyeron con ella sus ataúdes y sus barcos.
En el Libano todavía quedan parques maravillosos donde perderse entre esos grandes árboles milenarios. Este país lleno de historia y bellos lugares arqueológicos, tiene algunas de las ciudades más antiguas del mundo como Byblos o puertos que fueron de gran relevancia para el comercio mediterráneo del la antigüedad. Asimismo posee los templos romanos y santuarios fenicios más antiguos conservados como los templos de Baalbeck que te dejarán boquiabierta.
Su capital Beirut es la ciudad de moda en Oriente Medio y desde ella gobiernan mujeres ministras que cada vez están liderando procesos de cambio en el país. Desde el feminismo universitario hasta el liderazgo en grandes empresas o en la música, las mujeres de las tres religiones más importantes: cristianismo maronita, sunnismo o chiismo son las que van a estar cada vez más presentes en este país milenario por donde Gertrude dejó también su huella.